Más de quince días sin salir a la calle y sin poder entrenar con normalidad, campeonatos importantes cancelados o retrasados… e incertidumbre, porque en muchos deportes aún no sabemos cuándo se celebrarán o cómo se van a gestionar…
Y aparece nuestra amiga la tristeza, la rabia, el enfado, la incertidumbre, las dudas o la ansiedad entre otros. Y por momentos… parece que se apoderan de nosotros, queriéndolo mandar todo a «freír espárragos» y en muchas ocasiones, damos rienda suelta a los pensamientos autodestructivos o enemigos «esto no sirve para nada», «tanto esfuerzo tirado a la basura», «voy a perder todo lo ganado», y una larga lista de etcéteras.
Es posible que los días vayan pesando y la curva de la motivación se haya desplomado. Y muchos os preguntaréis «¿y ahora, para qué entreno?». Si os hacéis esta pregunta, es normal… igual que lo es el llegar a sentirse desmotivado, y esto ocurre porque hemos perdido de vista el objetivo. Así que ahora toca buscar dentro de nosotros para salir a flote y encontrar esa fuerza que nos lleva a entrenar. Quizás es un buen momento para:
- Reflexionar sobre por qué hago este deporte, por qué lo elijo. Quizás aquí encontremos el motivo profundo que nos mueve.
- Plantearnos en qué momento estoy en mi carrera deportiva; a dónde quiero llegar; y qué debo hacer para conseguirlo.
Una vez encontrado el motivo, sin campeonatos/competiciones a corto plazo, con la incertidumbre de qué pasará, sin poder entrenar al 100%… ¿Cómo mantengo la motivación?
- Redefine objetivos. Todo ha cambiado, no competiremos en ciertas pruebas, ha cambiado el modo, los tiempos…
- Haz un análisis de la temporada hasta ahora: «¿Qué he conseguido hasta ahora?», «¿Cómo me siento con ello, estoy satisfecho?», «¿qué quiero y puedo hacer en lo que queda de temporada?», «¿cómo me sentiré si llego a conseguirlo?», «¿pongo la vista en la temporada que viene?»
- Piensa en qué puedo entrenar (pregunta a tu entrenador, adapta el entreno en casa); si es posible varía los entrenamientos, hazlo solo, en familia o con tus compañeros de equipo a través de las redes sociales; también puede ser divertido y motivante el que podáis compartir los entrenamientos entre vosotros (haciendo rankings, poniendo premios, retos, subir vídeos, etc.).
- Aprovecha para hacer entrenamiento mental:
- Reflexiona sobre las emociones que te genera tu deporte (tanto positivas como negativas)
- Control de la activación (activarme y desactivarme)
- Buena oportunidad para trabajar pensamientos negativos, ya que ahora tenemos muchos.
- Visualiza (momentos buenos en tu deporte, mejor competición, un buen entrenamiento; algún aspecto técnico que estés aprendiendo en tu deporte (por ejemplo un manejo de aparato en rítmica, como hago las transiciones en triatlón, un kata en judo, un circuito en motocross…).
- Trabaja tu confianza: cuáles son mis puntos fuertes en mi deporte, qué características positivas tengo como deportista…
- Céntrate en el hoy, en el aquí y ahora:
- Busca objetivos de tarea: como puede ser mejorar la técnica de carrera en atletismo; aprender a quitarme el neopreno rápido en triatlón; manejo de aparato en rítmica; etc. También otros, como mejorar el core, la fuerza en brazos, etc.). Recuerda: los objetivos de tarea te llevan al resultado.
- Ponte todos los días un objetivo de entrenamiento.
- Grábate el pensamiento «hoy estoy haciendo lo máximo que puedo hacer en esta circunstancia».
- Haz algo que te guste TODOS LOS DÍAS, algo que te haga feliz, que te saque una sonrisa y te ponga contento.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que el confinamiento es el mejor amigo de las excusas («hoy estoy cansado», «me duele la rodilla», «total.. aún queda mucho para las competiciones», «están todos parados…») ¡No caigamos en la desidia! Toma conciencia de que estás poniéndote excusas y lucha contra ellas.
Es una faena, sí… Pero toca aceptar. Toca aceptar las emociones negativas como en enfado, el aburrimiento o la tristeza… Estamos y vivimos sobre-estimulados, con horarios apretadísimos, todo cuadrado… Quizás esto podemos tomárnoslo como una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos, conectar con nuestras emociones y aceptar que a veces se «pierde el control de las cosas», que no todo puede ser perfecto y que no podemos tenerlo todo atado.
Amamos el deporte, es nuestra forma de vida o incluso a veces lo que nos da la vida… pero piensa que a veces hay cosas más importantes, como ocurre ahora. Y quedándote en casa, sacrificando tus entrenos, estás contribuyendo mucho.
Así que… adapta, acepta y sigue!!