La autoestima es el aprecio o consideración que cada uno tiene de sí mismo. Tiene que ver con cómo nos percibimos, nos evaluamos o pensamos acerca de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de nuestros sentimientos, pensamientos o forma de ser.
A lo largo de la vida, es normal que nuestra autoestima varíe, ya que los diferentes acontecimientos y situaciones por las que pasamos, pueden hacer que nos sintamos más o menos capaces, más o menos válidos y con más o menos ganas de comernos el mundo.
Es normal que nos preocupemos por la autoestima de nuestros hijos… Pero es imposible proteger a los niños de todas las situaciones y dificultades a las que se enfrenten en sus vidas. Es bueno que los niños se desarrollen en situaciones en las que no estemos, para que tengan que enfrentarse a dificultades, a situaciones nuevas… a momentos en los que tienen que «crecer» tomando sus propias decisiones.
AUTOESTIMA EN NIÑOS:
La autoestima en los niños se forma a partir de las primeras relaciones sociales que va estableciendo, con sus padres, hermanos, profes o compañeros del cole.
La autoestima de los niños, al igual que la de los adultos, depende de su autoimagen así como de la visión que tengan acerca de sus habilidades o autoeficacia. Un niño que confía en sus habilidades, se percibe más fuerte y capaz, tendrá una autoestima más alta que un niño inseguro o con ideas negativas en relación a sí mismo.
¿QUÉ PODEMOS HACER COMO PADRES PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE NUESTROS HIJOS?
- Cuida tu propia autoestima. Los padres son un modelo a seguir, les enseñamos (casi sin darnos cuenta) como funciona el mundo, como hay que hablarse, como hay que relacionarse… y por supuesto, como hay que quererse. No podemos pretender que se quieran a sí mismos si no lo hacemos nosotros primero.
- Pon límites y normas. No es sano que los niños crezcan en ambientes permisivos en los que no existen límites y normas, ya tienen que aprender que hay cosas que no deben hacerse y que viven en una sociedad reglada en la que no podemos hacer siempre lo que queramos. Los más pequeños necesitan las normas para desarrollarse correctamente y poder sentirse cómodos y seguros con las interacciones sociales.
- Evita exigirle y presionarle más de la cuenta, es solo un niño, no tiene porqué sacar las mejores notas, ser un súper deportista, hablar inglés perfecto, tocar un instrumento, etc. Si le haces ver que no es un súper niño (con frases del estilo «no sirves para nada», «qué torpe eres»…) creerá que tiene que serlo y esto le llevará a sentirse muy frustrado y con un sentimiento de incapacidad (ya que es muy difícil que se nos de todo bien).
- Valora su esfuerzo y sus capacidades por encima del resultado. Si por ejemplo, un día viene a casa triste, porque ha jugado mal al fútbol, es mejor decirle «bueno hijo, te has esforzado y estás practicando mucho… además, mira lo bien que corres y lo bien que se te da», en lugar de «bueno, es que sabes que el fútbol no es lo tuyo, tú no vales para eso».
- ¡Ojo! Reforcemos de forma realista. Evita exagerar sus logros o buenas aptitudes por encima de sus posibilidades. Volviendo al ejemplo del fútbol, si vemos que no tiene muchas aptitudes para ese deporte, valora su esfuerzo y perseverancia, pero no le hagamos creer que es un futbolista de élite, ya que esto puede tener el efecto contrario al que pretendemos, que baje su autoestima cuando vea que es incapaz de llegar a los objetivos.
- Identifica sus ideas limitantes. Observa cómo se habla y ayúdale a cambiar ideas equivocadas o negativas en relación a sí mismo. Ayúdale a crear un autoconcepto realista y positivo.
- Ayúdale a trabajar su independencia. Intenta no «quitarle» todas las emociones negativas, deja que se equivoque, que se frustre… que aprenda, siempre con tu apoyo. Dale progresivamente responsabilidades, que sienta que es capaz de ir superando pequeños retos o dificultades.
- Ámale incondicionalmente y muéstraselo, independientemente de que falle, de que algo se le dé mal, de que existan cosas que no te gusten… Esto no quiere decir que no nos enfademos con ellos o no pongamos límites. Está más relacionado con el que no tengan que «ganarse tu amor» con buenos actos, si no que lo tengan siempre.
Recuerda, tú eres su base segura.
Sara Martínez
Psicóloga
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