Nuestro día a día es frenético, complicado… lleno de trabajo, tareas y responsabilidades.
Muchas veces, centramos nuestro día en todas estas obligaciones, «me despierto, voy a trabajar, pongo una lavadora, hago comidas, etc.» y ya no hay qué decir cuando tenemos niños (idas y venidas al cole, deberes, extraescolares, se ponen malitos…). Y llega un momento en el que nos vemos viviendo pensando en el fin de semana o en las próximas vacaciones, viendo como el tiempo pasa, rápido y corriendo, mientras no tomamos consciencia de nuestro día a día, sintiendo en muchas ocasiones como una corriente de emociones y sentimientos nos recorre sin parar, a veces miedo, otras alegría, otras ansiedad… Pero no paramos a pensar en ellas, simplemente, seguimos en el frenesí del día. Y al siguiente vuelta a empezar.
Así que… inspira… expira
Párate un momento
Piensa en cómo te sientes, ponle nombre a las emociones
Come con conciencia y lo más saludable posible
Haz algo de ejercicio
Cuida tus relaciones sociales
Saca un ratito al día para tí mism@ y mímate
Planifica para que te quede un rato en el día en el que puedas estar contigo mism@ y enfrentarte a tus pensamientos y emociones
Haz todos los días algo que te guste, aunque sea un tiempo corto
¡Vamos, no es tan difícil!
Sara Martínez