¿Alguna vez mientras hacías ejercicio o entrenabas ha aparecido en tu mente el pensamiento de «no puedo»… e incluso lo has verbalizado en voz alta? ¿Sí? Tranquil@, es normal.
Ante todo y primeramente, decir que todos tenemos pensamientos negativos en las situaciones más comunes de la vida, incluido cuando realizamos actividad física. Algunos de los pensamientos más comunes que pueden aparecer son «no puedo», «no aguanto más», «me duele la tripa», «tengo flato», «voy a fallar», «quedaré el último», «no valgo para esto»… y una larga lista de etcéteras (aclarar que esto ocurre tanto si haces deporte de mantenimiento como si entrenas para competir).
En muchas ocasiones, estos pensamientos son excusas que nos ponemos a nosotros mismos para no esforzarnos, ya que de primeras el cuerpo es vago y no quiere someterse a mucho estrés…tiene que ser nuestra mente la que le diga que sí. También excusas para no enfrentarnos a nuestros miedos de no conseguir nuestros retos, muchas veces miedos que andan detrás de una elevada autoexigencia que no sabemos manejar, miedo al fracaso o a fallarnos a nosotros mismos.
Pero todo esto se trabaja, y si queremos hacerlo:
- ¡Pon a raya a tu autoexigencia!
Para comenzar… céntrate en ti mismo. Y aunque el compararte con los otros puede servirte para medirte en ciertas ocasiones, piensa que tus objetivos son sólo tuyos.
Cambia el TENGO por el QUIERO, no suena igual «Tengo que ir a entrenar» que «Quiero ir a entrenar»…¿no crees?
- Olvídate del SIEMPRE o NUNCA, ya que no todo es blanco o negro… si no que entre ellos hay muchos grises.
- No te ancles criticando tus errores. Si fallas, vale, has fallado o lo has hecho mal… Párate unos segundos, respira y déjalo ir. Céntrate de nuevo en la tarea, competición, ejercicio, entreno… seguro que lo puedes mejorar. Ya habrá tiempo después de analizar los fallos.
- Tu anticipación del fracaso («voy a fallar», «voy a hacerlo mal»…) te atrae más a él.
- Controla tu agresividad o pérdida de control. Si te desbordas perderás la técnica, la táctica… y serás más vulnerable ante tus contrincantes o ante ti mismo… No dejes que se nuble tu pensamiento.
Muchas veces hablamos de suerte, pero…¿cuánto importante es la suerte? Es verdad que en muchos deportes hay factores que no podemos controlar, como el lugar del campeonato, si llueve y tengo que andar hasta el gimnasio o jugar un partido de fútbol, el horario de la competición o de la clase que me gusta, la forma física de los otros o la valoración de los jueces. Por ello, no gastes energía con esto, no podemos hacer nada… céntrate en lo que depende de ti.
No te concentres en eliminar los pensamientos… sólo conseguirás atraerlos. Entonces, ¿qué puedes hacer cuando aparecen?
1º Detéctalos: sé consciente de que es un pensamiento negativo, producto de tu mente y que tú mismo lo estás pensando.
2º Analízalo brevemente: ¿es real? ¿Me sirve para conseguir mis objetivos? (¡tienes que estar atent@ a tus señales de alarma! Si por ejemplo te duele la pierna, sé consciente hasta qué punto es por excusa o si realmente tienes una lesión, ya que si te pasas podrías lesionarte).
3º Cámbialo por un pensamiento que te empuje y motive para seguir y conseguir tus objetivos. Piensa cuál es ese pensamiento, frase, imagen… que te motiva.